martes, 6 de abril de 2010

Días de lluvia

Huele a asfalto mojado, la lluvia ha caido con fuerza esta tarde y sin embargo, en este instante parece que el sol quiere brillar con más ganas que nunca, pero esa lucidez que aturde mis ojos dura poco, las nubes encapotan de nuevo el cielo y se vuelve aún mucho más oscuro que antes...que ironica metáfora, ¿verdad? Asi es la vida.
Es en estas tristes tardes cuando tu recuerdo regresa a mi, las gotas de agua salada ya no se distinguen entre las demás, y cuando parece que una sonrrisa quiere salir, las penas me vuelven a ahogar en el más profundo charco. ¿Y si te digo que seria mucho más feliz si caminara bajo esa lluvia todos los días? No es agradable pero resulta más cómodo que finguir la alegría que no sientes.
A través del cristal mojado de tu ventana sigues con la mirada el recorrido de las gotas que en ella se quedan marcadas y sientes como se alivia tu dolor, como si cada una de ellas fuera cada uno de los momentos vividos con él. Es así, de esta manera cuando consigues vivir en paz, solitaria y junto a la ventana en los días de lluvia.